DEL PODER Y OTROS DEMONIOS
- Actualizado: 17 julio, 2020
Todos lo quieren, pocos lo tienen y el que lo posee no lo quiere soltar. Moje, aplique, enjuague y repita, como las instrucciones del shampoo. El poder corrompe y mucho, si no me creen, pregúntenle a Joseph Blatter, Michelle Platini, Julio Grondona o Luis Bedoya. No hay necesidad de mencionar políticos para entender como el poder desnaturaliza.
En el caso particular del futbol profesional colombiano, estamos plagados de luchas de poder y de acomodados por conveniencia. Lo último, aquello de la reventa de las boletas para las eliminatorias al Mundial de Rusia 2018, que puso en aprietos a toda la cúpula de la Federación Colombiana de Fútbol y a la empresa Ticket Shop.
Si de poder hablamos, vamos al caso que tiene en modo “Patria Boba” al fútbol profesional del país. Leí en la noche un tweet de un colega en formación, Sebastián Vallejo, que decía: “La autodestrucción del fútbol colombiano. No se puede caer más bajo”, pero si hay maneras de ir hasta el propio “Hades”.
Del cielo al infierno puede caerse bastante rápido, y Jorge Enrique Vélez puede dar una clase doctoral en cómo lograrlo.
Todos los amantes del fútbol estamos esperando que regresen las ligas en Colombia, la A, la B y la de mujeres, pero todos los días, en vez de verse la luz al final del túnel, el panorama se vuelve más negro, mucho más negro. El cuento de la nueva liga, complica más la situación.
Divididos en bandos pro, contra e indecisos, los presidentes no saben qué hacer con el actual presidente de la Dimayor, o tal vez sepan que hacer, pero no saben cómo. A algunos, 16 en particular, se les ocurrió que una buena idea sería crear una nueva liga. Esto puede ser una medida de presión para lograr un cambio, si es así, me parece una opción irrisoria.
Comprendo y apoyo que hay que “organizar la casa”, que debe irse Vélez por su incumplimiento respecto a las promesas hechas a los clubes, como lo de las transmisiones internacionales o el canal premium que ocupa hoy una de las pocas unidades de UCI y de a poco se le acaba el oxígeno, le pegó duro el covid, pero “armar rancho aparte” como proponen esos 16 equipos, sería la peor solución.
Lo que está claro es que todo está muy mal organizado, sobran equipos en la A, la B es un paraíso con pobre competencia, sino creen, pregúntenle al presidente del Deportes Quindío, se permite tener un equipo barato sin nada que aporte al juego, pero suficiente para vivir con los derechos de TV. Llegamos al “Hades”, esto es un fútbol del siglo XIX.
Está todo tan embolatado que ya no sabemos qué va pasar en la asamblea de la Dimayor este 24 de julio, donde se supone discutirán sobre el sistema de torneo y la sede para disputarlo, pero estamos muy lejos de esa posibilidad, porque la lucha está ahora en buscarle reemplazo a Vélez, en la propuesta ridícula de los 16 equipos, el presidente de Santa Fé, Eduardo Méndez, que pidió que los expulsen, poco tiempo habrá para discutir sobre la competencia.
Me encantaría presenciar esa asamblea virtual, a ver cómo van a hacer para hablar, o si empiezan a bloquearse los micrófonos para interrumpir a los otros. Aquí entra el otro demonio, el ego. Nadie sabe más que yo, ¿usted no sabe quién soy yo?. El ego poco ayuda a lograr consensos, porque los acuerdos implican renuncia, a todos nos gusta ganar, pero a nadie le gusta renunciar, mucho menos reconocer que nos equivocamos o que hay alguien que puede saber más.
Esa es la combinación más explosiva, poder y ego, en nuestro fútbol, eso sobra. Como dijo el presidente de Millonarios, Gustavo Serpa, “Hay equipos de garaje, son unos parásitos y viven de nosotros”, perfecto ejemplo de lo manifestado en esta columna.
Quisiera ponerle un poquito de esperanza a que todo esto se solucione y que podamos disfrutar este año de nuestro balompié, pero si los dirigentes de los clubes no hablan civilizadamente, si Vélez no abandona el banquillo, difícilmente veremos rodar la pelota.
Que no los consuman los demonios. Que hablen, que solucionen, que trabajen en equipo, a ver si disfrutamos de nuestro fútbol algún tiempo este año.
Amanecerá y veremos…